La idea recurrente en esta exposición que presento en la Escuela de Arte de Talavera, es la búsqueda lenguajes de expresión. Estos lenguajes se “construyen” en función de acciones e instrumentos elementales: el color, la pincelada y el gesto, la composición, los ritmos, el grafismo, etc… La metodología que subyace esta a esta búsqueda se basa en integración de referencias culturales y la experimentación, que a pesar de que siempre incluye estudios y pequeñas investigaciones, deja un espacio importante a los accidentes y lo inesperado.
Este interés por aspectos más sintácticos del lenguaje, me lleva a evitar, en la medida de lo posible la literatura y las interpretaciones. La pretensión de elaborar objetos fundamentalmente visuales, que carezcan de notas explicativas y que guíen al espectador a estados de contemplación, sería otro de los principios a los que quisiera dirigir mi trabajo. Por ello me gustaría que mi obra se aproximara a la visión de algunos muros urbanos en los que lo accidental parece como el proceso constitutivo primordial; un sonido estridente de una máquina excavadora; los tintineos de las cucharillas al chocar con las tazas de porcelana en un café; una mirada indiferente a un paisaje; la visualización de textos, signos y gráficos impresos en las cajas de embalaje, e incluso los tratamientos tipográficos de algunos billetes de transporte público, etc…. No importa que en esencia todo ello pueda tener un carácter banal, siempre y cuando se consiga que la experiencia de la percepción sea lo más “limpia” posible.