Visitando las Ferias de arte de los últimos días en Madrid, hemos podido ver la presencias de variados trabajos cerámicos. De autoras consagradas, como la serie Aureas de Blanca Muñoz, en Arco, realizadas en colaboración con María Blázquez, hasta los presentes en la nueva feria Hybrid Art Fair como Raquel Eidem o Julio Galindo.
En ArtMadrid destacan las obras del taiwanes Wang Guan Jhen y en JustMad pudimos ver la serie Cotidiana de Clara Graziolino.
Son algunos ejemplos, no todos, pero aún parecen pocos.
Hace dos años el artista y antiguo alumno de La escuela Gregorio Peño consiguió el premio Internacional de Críticos de Arte en ARCO por la mejor obra de un artista español. Una gran noticia que visibilizó el material cerámico en la creación contemporánea, pero que no se ha materializado en un mayor número de obras en galerías ni tampoco en las ferias. Al menos no en la cuantía esperada.
Y todo esto, cuando en el campo del diseño, si se ha notado ese incremento de trabajos cerámicos. Son muchos los artistas, diseñadores de interiores y arquitectos que han diversificado su trabajo aproximándose a las técnicas cerámicas y abarrotando el mercado de diseños de autor con gran éxito en ventas.
La situación mencionada en las galerías españolas no tiene que ver con la realidad de otros países europeos, en los que la cerámica es un material más desde hace años. Igualmente las galerías orientales muestran con orgullo piezas cerámicas, y es que su tradición cerámica dista mucho de la nuestra.
Es difícil cambiar una mentalidad colectiva tan arraigada, y en este punto tan cerrada como la española, pero tendremos que seguir intentándolo, presentando trabajos de calidad que se asomen a las Ferias de Arte, al menos tan dignos, diversos e interesantes como los vistos y aquí mencionados.
María Blázquez