Francisco Fernández Carrasco forma parte de una familia de larga tradición alfarera en Puente del Arzobispo, dedicada durante siglos a utilizar la tierra para la elaboración de elementos de construcción, y a transmir el conocimiento del oficio durante generaciones.
Su infancia discurrió entre arcillas, hornos, pinceles, barreños y tinajas. En la Escuela de Artes y Oficios de Toledo comienza a relacionar las distintas disciplinas entre sí y encontrar el verdadero lugar que ocupan la alfarería y la cerámica dentro de la evolución del Arte y la Humanidad.
Durante su estancia en Barcelona profundiza en las tendencias de la cerámica actual, trabajando con las tecnologías más contemporaneas y ceramistas de prestigio.
En 1985 participa en un seminario con Angelina Alós, su gran maestra, con la que mantuvo una gran amistad personal. Angelina le inició en la expresión artística, fue quien le abrió las puertas hacia la «ciencia y conciencia» de ser ceramista, a crear conscientemente, con dominio absoluto y humildad.
En 1987 inaugura la exposición «Giros», en la galería Villegas de Barcelona; una propuesta salvaje y contracorriente de obras escultóricas, donde el torno es el gran protagonista.
En los últimos treinta años ha creado y expuesto, individual y colectivamente, dentro y fuera de España.