«Todo parte de aquí, de la Escuela de Arte Francisco Alcántara, donde nos conocimos las socias de Tánata: Ana Ferichola y Natalia Figueroa, y donde empezamos, sin ninguna pretensión en realidad, a conocer la cerámica y el trabajo con los moldes, a aprender el uso de los esmaltes, la magia de las cocciones, la transformación del barro…aquí está la semilla de algunas de nuestras piezas más emblemáticas y por eso hemos querido echar la vista atrás y mostraros una parte de nuestra historia, pequeños pasos, torpes en muchos casos, que nos han llevado adonde estamos ahora. Pasen y vean.»